Es fácil ignorar el trasfondo de las matemáticas de la realidad, y vivir sin preocuparnos por este tema de suma trascendencia. Sin embargo, estaríamos haciendo caso omiso de la otra cara deslumbrante y fascinante de lo que conocemos, de nuestro origen y del por qué de nuestra existencia. Para comenzar a establecer un contacto estrecho con nuestros orígenes con ayuda del conocimiento, es necesario definir a las estrellas como las creadoras de la vida, puesto que a lo largo de su ciclo vital contribuyen a la armonía del cosmos por medio de los compuestos que liberan.
Desde los inicios de la creación de la sopa cósmica, enormes cuerpos llamados "estrellas masivas" han aportado gran variedad de sustancias idóneas para la creación de hábitats o de ambientes habitables a lo largo del universo. Sin estrellas, nadie habría escrito lo que acabas de leer. Sin éstos enigmáticos cuerpos no existirían los humanos, ni el planeta Tierra tal y como lo conocemos, ni indicios de vida.
|
Imagen sin Copyright |
Nuestra realidad deviene de las estrellas, ahí radica su importancia en relación a nosotros. Pero, ¿cómo liberan estos compuestos? La respuesta es simple, puesto que éste proceso da a lugar en una explosión galáctica, conocida como "explosión de una supernova", acontecimiento en el que una estrella muere por medio de una impetuosa y fascinante detonación cósmica, en la que emana una serie de sustancias propicias para la formación de formas planetarias y de más cuerpos estelares.
Ante la información adquirida previamente es común preguntarse: ¿Por qué una estrella muere? En pocas palabras, para que una estrella pueda mantenerse con vida necesita realizar un proceso conocido como "ionización", en el que los núcleos de protones de hidrógeno se convierten paulatinamente en núcleos de protones de helio. Y cuando el hidrógeno se agota, el helio también lo hace, y bajo estas circunstancias la estrella fenece por medio de una explosión mientras exterioriza sus compuestos por todo el universo.
Bajo la majestuosa detonación astral, nacen más estrellas, y éste ciclo de vida continúa sin descanso. Es por ello que la comunidad científica considera que las probabilidades de vida en otros orbes son relativamente altas, puesto que es factible la presencia de otros "seres vivos" teniendo en cuenta la presencia de los componentes vitales que liberan las estrellas constantemente, además de las colosales dimensiones del cosmos. Reflexionemos en lo que alguna vez dijo Carl Sagan: "Si estamos solos en el universo, seguro que sería una pérdida terrible de espacio".
|
Imagen de la NASA, 2004 |
En definitiva, las emanaciones de las estrellas son fundamentales en el universo, aunque estos compuestos varían según el tipo de estrella. Entre mayor masa tenga una estrella, menor longevidad tendrá, pero liberará sustancias más abundantes y ricas en su muerte, como es el caso de las maravillosas estrellas masivas. Así que, en otras palabras, lo que libera una gigante roja no se comparará a las obras de la estrella masiva, pero algo es seguro: todas las estrellas son útiles en las danzas astrales, y cada una aporta lo que puede al cosmos.
Hay muchos misterios que debemos resolver como humanidad especulativa, y en nuestras manos está la expedición de los rincones más ignotos del espacio. Aún debemos desvelar la otra cara de nuestra realidad, y aprovechar este vistazo efímero de las grandes maravillas del cosmos conocido como "vida" para descubrir nuevas respuestas a enigmas ancestrales, garantizando un futuro próspero en conocimiento a generaciones venideras. Por ahora contemplemos el firmamento, sin la incertidumbre de lo que ocurre tras el éter, tras las cortinas nocturnas de nube, tras nuestra limitada bóveda celeste.